En fin, como inquietud más general, al enfrentarnos
con la página en blanco, podríamos preguntar: ¿Qué es lo que tiene de
específico el estudio de caso o estudio a profundidad que estamos haciendo,
comparado con un hipotético o real estudio estadístico o de otro tipo en el
mismo lugar o tema? ¿Por qué pensamos que lo que empezamos a conocer sólo era
viable a través de esta experiencia duradera de campo o de una inmersión
pausada y cuidadosa en uno o varios archivos, si ese es el caso? ¿Es la
investigación etnográfica o historiográfica una forma de comprender o de
explicar? ¿Estamos buscando explicaciones causales, multicausales,
mutuamente-causales? ¿O estamos más bien tratando de entender sentidos, de
descifrar códigos, de aprenderlos para saber cómo interpretarlos y expresarnos
a la vez en un ambiente particular? ¿O estamos tratando de entender la lógica
de los intercambios y de las interacciones, aprendiendo gestos, movimientos,
posturas, señales, casi al punto de poder interactuar con los otros como parte
de ellos mismos? ¿Estamos tratando de registrar la intensidad de los dramas, de
las coyunturas, de los acontecimientos imprevistos, la tensión de las cosas no
resueltas, no codificadas y no pautadas en movimientos y señales cotidianos? ¿O
simplemente contamos historias con cierto sustento empírico? ¿Es posible
resumir nuestro análisis en una serie de enunciados en la forma de tesis,
contra-tesis, argumentos a favor y en contra? ¿Tiene potencia explicativa,
interpretativa, o comprensiva nuestra tesis?
Becker, Howard, 2016, “Una primera mirada” y “Cajas
negras: utilizar casos para estudiar máquinas de entrada y salida”, en Mozart,
el asesinato y los límites del sentido común, Cómo construir teoría a partir de
casos, Argentina, Siglo XXI, pp. 15-20, 103-148
Graeber, David 2019, Bull Shit Jobs: A Theory. USA: Simon
& Schuster.
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